Adentrándose en el mar para separar las aguas del Atlántico de las del Cantábrico, Estaca de Bares es el punto más septentrional de toda la península ibérica.

Está 400 km más al norte que Nueva York, pero por este lado del Atlántico pasa la cálida corriente del Golfo. Así que estas aguas no se congelan… pero viven en constante agitación, porque en Estaca de Bares el mar es el hijo del viento.

Desde este promontorio gris, verde e imponente se domina una vista espectacular. Estaca de Bares es uno de los mejores puntos de observación de aves de Europa, de hecho cuenta con una estación ornitológica permanente. Miles y miles de aves pasan por aquí cada año, en especial de septiembre a diciembre, por lo que para especialistas y aficionados de todo el mundo este es el paraíso.